The Highwaymen - EL INFIERNO DE MOTOS QUE ATERRORIZA LAS CALLES DE ESTADOS UNIDOS

Era el verano de 2006 y las tensiones dentro del club de motociclistas The Highwaymen alcanzaban un punto crítico. Justo después de cumplir sus 50 años de existencia, esta banda de motociclistas con sede en Detroit había pasado de ser un pequeño club social de entusiastas de las motos a una poderosa red que incluía a miembros que trabajaban en la línea de ensamblaje durante el día y traficaban drogas durante la noche.

Aquellos dentro de los Highwaymen que participaban en el tráfico de narcóticos habían construido líneas de suministro ingeniosamente diseñadas, pero recientemente se habían producido una serie de importantes redadas por parte de la DEA. No había forma de que las autoridades federales tuvieran tanta suerte tantas veces seguidas. Solo había una conclusión inevitable: alguien dentro de los Highwaymen era un traidor.

Esto debía resolverse rápidamente, y se convocaron reuniones en todo el estado. Entre las numerosas divisiones de los Highwaymen en Michigan, había una conocida como West Side, con una sede en la Avenida Warren y un vicepresidente llamado Aref Steve Nagi, quien estaba listo para iniciar una cacería de brujas para encontrar al informante. En la reunión de la división West Side, el asunto se abordó sin rodeos:

"Tenemos un soplón en esta sede, y esa persona debe ser eliminada."

Sentado en una silla a pocos metros, un hombre trataba de controlar su nerviosismo mientras escuchaba esas palabras. Durante meses, había estado reuniéndose con agentes federales, utilizando dinero de la DEA para comprar cocaína y marihuana a sus compañeros del club, e incluso llevaba un micrófono oculto. Sus esfuerzos no habían sido en vano: habían proporcionado a las autoridades suficientes pruebas para escuchar miles de
llamadas telefónicas y, más recientemente, para allanar casas de almacenamiento e interceptar envíos de drogas.

No pasaría mucho tiempo antes de que el FBI lo trasladara rápidamente al programa de protección de testigos, tanto que pasarían años antes de que pudiera volver a ver a sus hijos. Tampoco volvería a ver a muchos de sus compañeros de los Highwaymen hasta el momento en que tuviera que enfrentarlos desde su silla en el estrado de los testigos de un tribunal federal. Cuando esta persona fue finalmente descubierta, su foto fue colocada en las sedes de los Highwaymen con la palabra "Rata" escrita en tinta negra.

Los Highwaymen habían sido traicionados muchas veces durante el medio siglo de existencia del club, con consecuencias significativas. De hecho, el FBI, la DEA y la policía local habían estado jugando un juego de gato y ratón con ellos durante décadas.

Los miembros de los Highwaymen ya habían enfrentado cargos bajo la ley RICO en el pasado, desde la era en la que los ataques con bombas incendiarias eran comunes entre bandas rivales de motociclistas, hasta los días en los que las autoridades federales alegaban la existencia de un grupo secreto dentro de los Highwaymen conocido como los Lightning Rods, que se basaba en la violencia y la depravación.